Cuantos
años han pasado de aquel Agosto de 1920, cuando “Los locos de la azotea”
impulsaron el proyecto grandilocuente de emitir la obra “Parsifal” desde el
teatro Coliseo para todos lo que en aquel momento habían podido acceder a ese
aparato nuevo que nos iba acompañar hasta hoy, obviamente con todos los cambios
que significo el paso de los años y su modernidad.
La radio
nos acompañó toda la vida, nunca ha dejado de aggiornarse a lo largo de las épocas.
Desde las transmisiones de grandes e inolvidables cantantes de tango,
radioteatros, eventos deportivos como el box en el Luna o el futbol relatado
por Fioravanti y que siempre quiso ser puertas abiertas para los nuevos
valores a lo largo de los años. Las
voces más inolvidables como Muñoz, Larrea, Fontana y muchos más, quedaron plasmados
en las placas de una época más reciente, la más vivida.
Allá por
los ´80 la radio era sinónimo de despertarse temprano, la televisión no
iniciaba su transmisión sin cortes, recién a las diez u once de la mañana
comenzaban los programas en los solo cinco canales de aire. La radio
significaba salir a trabajar a las seis de la mañana y poder escuchar a los
grandes con sus programas diarios, con toda la información, con los diarios que
les llegaban bien temprano y podían contarnos todo.
La radio
nos acompaña desde el desayuno de la época de invierno o de verano. Ha caminado
junto a generaciones de jóvenes rejuveneciéndose con la música que ofrecían las
fm´s. Todo ha sido a lo largo de décadas inolvidables. Recordar aquellos relatos de futbol de Muñoz o Víctor
Hugo que hoy con la televisión en directo, nos trampea con un delete de
segundos interminables en su señal, fue mágico porque nos brindó alegrías enormes
en esa costumbre que se fue afincándose en nuestro gen como lo es el futbol.
La radio es
escuchar por la madrugada y sentirse que no estás solo, que ella siempre te
acompaña. Muchas cosas hacen de este medio algo que escribirías por mucho rato.
La tecnología la fue haciendo cada vez más revestida, desde aquella radio a transistores
o con cobertor de madera gigantes hasta pasar por las radios pequeñas, los
minicomponentes, la radio por internet y aplicaciones de hoy, nunca nos deja,
no nos va a dejar.
La radio
nos va acompañar por más que el tiempo pase, porque tiene ese secreto que solo
encontramos en nuestra imaginación, en nuestro pensar y saber. Cuanto
aprendemos con la radio, cuanto nos falta aprender.
En homenaje
a las radios del partido de Merlo muy especialmente, emisoras que todos los días
están para darnos su compañía y servicio: FM La Sede 102.7 y la FM Fiestera
105. 9 y muchas más de Merlo